En esa cicatriz había un lunar. Un lunar que me salvó (y sanó).


Año 2017. Antebrazo derecho. Un lunar que me picaba. Mi hijo Bautista recién nacido que lo tocaba. Un control a tiempo. Sacarlo. Esperar los resultados. No "esperar" el resultado. Un #melanoma. El #cáncer de piel más agresivo. El de menor incidencia pero mayor tasa de mortalidad. Las visitas a oncología. La cirugía nuevamente. Sacar ganglios de la axila para ver si había metástasis. Sentimientos encontrados. Pensamientos que no podía soltar. El amor de mi familia, de mi marido, mis hijos, mis amigos. ¿El sol? ¿La genética? ¿La vida? No entender las causas. Preguntarme una y mil veces "para qué". Dos cicatrices en el brazo. Y finalmente, otra vez los resultados. Agradecer por haber hecho todo a tiempo. Porque el tiempo (+ Dios) me salvaron. Sentir que volvía a ser yo. Ver que en realidad nunca más fui la misma. Porque hay cosas que suceden y lo cambian todo. Pero muchas veces reordenan prioridades. Acomodan amores. Apuran las ganas. Mueven el alma ✨

El pasado 23 de Mayo fue el #DíaMundialDelMelanoma, y me emocionó poder formar parte de la campaña #VamosAlPunto dando mi testimonio + un mensaje: chequeen sus lunares todos los años. Pidan que los revisen de cabeza a pies. Porque una consulta médica a tiempo les puede salvar la vida ❤️

#VamosAlPunto…No demos vueltas. ¿Ya te chequeaste los lunares este año? Evitemos los puntos finales 🙏


* La foto de la nota fue tomada con un celular Motorola g9 Power (www.motorola.com.ar)