Lunares con historia
En esa cicatriz había un lunar. Un lunar con historia. Un lunar que me salvó (y sanó) ➡️ Año 2017. Antebrazo derecho. El lunar me picaba. Mi hijo Bautista recién nacido lo tocaba. Él me lo marcó. Después vino un control (sí, una consulta de esas para las que nunca tenía tiempo). Y sacarlo porque era sospechoso. Esperar los resultados. No "esperar" el resultado. Un #melanoma. El #cáncer de piel más agresivo. El de menor incidencia pero mayor tasa de mortalidad. Las visitas a oncología. La cirugía nuevamente. Sacar ganglios de la axila para ver si había metástasis. Sentimientos encontrados. Pensamientos que no podía soltar. El amor de mi familia, mi marido, mis hijos, mis amigos. ¿El sol? ¿La genética? ¿La vida? No entender las causas. Preguntarme una y mil veces "para qué". Dos cicatrices en el brazo. Y finalmente, otra vez los resultados. Agradecer por haber hecho todo a tiempo. Porque éso hizo la diferencia. Sentir que volvía a ser yo. Ver que en realidad nunca más fui la misma. Porque hay cosas que suceden y lo cambian todo. Pero muchas veces reordenan prioridades y mueven el alma. Y si actuás a tiempo, tienen un final feliz ✨