Redes felices (Parte 2)
12.7.16
Cuando empecé a pensar mi nota de "Redes felices", consulté a algunas personas sobre el tema para ver si sentían lo mismo que me pasaba a mí. Una de ellas fue Claudina Kutnowski como les conté, pero también a Violeta Vazquez (¡googlela!). Viole, a quien recurro muchísimas veces para que me de su mirada clave de las cosas (siempre la tiene), me dijo que fuera para adelante con este tema. Incluso me empujó a arrancar el blog contando este entreverado tan genuino y profundo que pasaba por mi cabeza.
Y no se equivocó. Porque la cantidad de comentarios que recibí en torno a la temática fueron increíbles, como si hubiera puesto en palabras lo que muchas de ustedes sentían.
Hubo un mensaje que fue de los que más me resonó. Decía que está bueno hablar de sentimientos, abrir nuestro interior y mostrar lo que nos hace personas, aunque igual no hace falta "desnudarse" del todo. Y muchas cosas se desprendieron acá:
Coincido totalmente en que no hace falta desnudarse del todo. Plenamente de acuerdo. Hay algo que es nuestra intimidad, que tiene que ver con lo más profundo que guardamos y vale resguardar. Cuando yo hablo de que a veces se hace "marketing" de la propia vida en las redes sociales porque no mostramos todo lo que somos, no hablo de abrirse en cuestiones de la vida privada. Sino, de ser un poco más humanas en lo cotidiano.
Porque si bien todas amamos a nuestros hijos, también muchas veces nos agotan. O no nos dan las horas del día para todo lo que quisiéramos, o tenemos que trabajar un feriado, o la valija queda atrapada en algún destino incierto a la vuelta de un viaje espectacular, o nos cuesta una locura arrancar el gym (por más que en la foto estemos divinas), y ni que hablar de los chocolates que nos comemos en plena dieta, o de las cosas que arrancamos y dejamos al mes. O las dudas existenciales que son miles.
Hay maneras de contar lo que vivimos y nos gusta, que ayudan a que los otros no se sientan tan solos. Porque no somos celebrities que salimos después de parir y posamos en la puerta del sanatorio como si nada hubiera pasado (les juro que esto pensé cuando salí de la clínica con mi segundo hijo en brazos, y el alma en la mano). Cuando todo es tan perfecto y no evidenciamos ese tipo de "grietas", se genera mucha angustia en quien nos ve.
Yo busco que mi blog sea un espacio de encuentro de datos piolas, de búsquedas interiores, de reflexiones, de historias creativas, de cosas ricas (para el cuerpo y el espíritu), de ropa que nos permita vivir la vida más relajada, y de muuuuchos tips de belleza para sentirnos mejor. Un lugar de disfrute (porque como dice Vero Mariani, "para angustiarse está la primera plana del diario"), y de vidas que busquemos incansablemente cada día, la forma (o las formas), de vivir mejor.
¡Hasta la próxima! (¿Les encantó mi remera de la foto? Es de HG Indumentaria. No dejen de entrar a chusmear el espíritu y laburo enorme que tiene esa marca)
Por una vida larga y feliz
8.7.16
"Sólo en la actividad desearás vivir cien años" (Proverbio Japonés)
Por eso me gustó tanto un libro que llegó a mis manos hace poco. Se llama "Ikigai" y es de Ediciones Urano (los autores son Héctor García -Kirai-, y Francesc Miralles). Lo que ahí dice, es que según los japoneses, todo el mundo tiene un ikigai, un motivo para existir. Algunos lo han encontrado y son conscientes de ello, y otros lo llevan adentro pero todavía lo están buscando. Y remarca que este es uno de los secretos para una vida larga, joven y feliz, como la que llevan los habitantes de Okinawa, la isla con la población más longeva del mundo.
El libro es hermoso. Si les gusta la idea, les dejo más abajo las 10 leyes del ikigai para que vean de qué se trata. Se viene un fin de semana largo, y tal vez sea un buen momento para pensar cómo nos gustaría vivir. Porque para eso también se hicieron los días de descanso.
1- Mantente siempre activo, nunca te retires: quien abandona las cosas que ama y sabe hacer, pierde el sentido de su vida. Por eso, incluso después de haber terminado la vida laboral "oficial", es importante seguir haciendo cosas de valor, avanzando, aportando belleza o utilidad a los demás, ayudando y dando forma a nuestro pequeño mundo.
2- Tómatelo con calma: las prisas son inversamente proporcionales a la calidad de vida. Como dice un viejo proverbio: Caminando despacio se llega lejos. Cuando dejamos atrás las urgencias, el tiempo y la vida adquieren un nuevo significado.
3- No comas hasta llenarte: también en la alimentación para una vida larga, "menos es más". Según la ley del 80 por ciento, para preservar la salud mucho tiempo, en lugar de atiborrarse hay que comer un poco menos del hambre que tenemos.
4- Rodéate de buenos amigos: son el mejor elixir para disolver las preocupaciones con una buena charla, contar y escuchar anécdotas que aligeren la existencia, pedir consejo, divertirse juntos, compartir, soñar. En suma, vivir.
5- Ponte en forma para tu próximo cumpleaños: el agua se mueve, fluye fresca y no se estanca. Del mismo modo, tu vehículo para la vida necesita un poco de mantenimiento diario para que pueda durar muchos años. Además, el ejercicio segrega las hormonas de la felicidad.
6- Sonríe: una actitud afable hace amigos y relaja a la propia persona. Está bien darse cuenta de las cosas que están mal, pero no hay que olvidar el privilegio de estar aquí y ahora, en este mundo lleno de posibilidades.
7- Reconecta con la naturaleza: necesitamos regularmente volver a ella para cargar las pilas del alma.
8- Da las gracias: a tus antepasados, a la naturaleza que te provee aire y alimento, a tus compañeros de vida, a todo lo que ilumina tu día y te hace sentir dichoso de estar vivo. Dedica un momento del día a dar las gracias y aumentarás tu caudal de felicidad.
9- Vive el momento: todo lo que tienes es el día de hoy. Dale el mejor uso posible para que merezca ser recordado.
10- Sigue tu ikigai: dentro de tí hay una pasión, un talento único que da sentido a tus días y te empuja a dar lo mejor de ti mismo hasta el final. Si no lo has encontrado aún, como decía Viktor Frankl, tu próxima misión será encontrarlo.
¡Buena semana!
Redes felices
4.7.16
Antes de empezar con el blog dí mil vueltas. Había días en los que estaba súper decidida, y otros que desterraba la idea por completo. Hasta que me dí cuenta que mucho tenía que ver con todo lo que me generaban las redes sociales. Aquí la cuestión: por un lado me parecen geniales y una excelente forma de estar conectadas, mostrar lo que hacemos, y conocer cosas nuevas. Pero por el otro, me hace ruido ver que en las fotos siempre todos somos felices. Como que siento que ahí está sólo una parte de la vida (la más linda, obvio), y que quedan afuera un montón de otras cosas que también nos pasan.
Le dí mil vueltas al tema. Pensaba cómo correrme de ese lugar. Me enojaba con las fotos retocadas, y confirmaba esa frase que me habían dicho en algún momento: "las redes sociales pueden ser al mismo tiempo tan estimulantes como frustrantes". Claro, te ponés a mirar Instagram un día que estás angustiada, y tu vida parece la peor (¿Por qué todos son tan felices menos yo?). Siempre parece que "el pasto del vecino es más verde que el nuestro", y podemos caer en el hábito de pasarnos el día envidiando o deseando vidas ajenas.
Entonces me preguntaba ¿Por dónde ir? ¿Qué compartir? ¿Hasta dónde? ¿Qué "maquillar"? ¿Hay que usar los filtros? Un entripado de preguntas. También sentía algo así como que por un lado estaba la vida real y por el otro "el marketing de nuestra propia vida", que es lo que se ve en las redes. Después se me pasaba, me daba cuenta que también estaba bueno ver fotos lindas, que tal vez ése era el juego que había que jugar, que es lógico que si alguien quiere vender un producto o servicio lo muestre de la mejor manera posible, y que nunca vamos a publicar una foto de nuestros hijos enfermos, o nosotras gritando y agotadas porque no nos dan las horas del día para todo (atenti mis amigas).
Igual, no me quedé quieta y empecé a preguntar acerca de esta moda de mostrar la vida edulcorada siempre. Para ver si me amigaba, para ver si lo entendía, y para escuchar otras voces. Y a la pobre mujer que le quemé la cabeza (los que me conocen saben lo "intensa" que me pongo cuando quiero), fue a Claudina Kutnowski, una psicóloga que es mucho más que eso. Me encanta siempre como me hace pensar (¡Googleala! Está a cargo de Glimar).
Con Clau charlamos acerca de que siempre existió eso de mirar la vida feliz de los otros (un claro ejemplo es la admiración que hay por los reyes y sus vidas privadas en todo el mundo). Sin ir más lejos, es lo que nos generan la mayoría de las revistas de personajes o algunos programas de televisión. El punto es que antes eran unos pocos los que "destilaban brillo", ahora podemos ser todos.
¿Sus palabras textuales? "Para mí se trata de mostrar nuestra identidad fluidamente: hacer lo que nos sale espontáneamente, lo que realmente somos, y saber que a algunos les gustará y a otros no, y habrá que saber disfrutar y soportar lo otro también".
Así que bueno. En eso anduve (y ando). Como charlamos con Claudina, "subir cada foto, nota o posteo es una decisión". Ahí se pone en evidencia a quién queremos mostrar. Y aunque a veces parezca que una está siempre feliz, en mi caso me interesa ser alguien que busca ser feliz cada día: preguntándome acerca de mis ganas y deseos, dudando (mucho), cambiando (otro tanto), teniendo miedos (¡pufff!), y sobre todo, tratando de poner en eje a cada rato lo que pienso, con lo que siento y lo que hago.
Lo que nos pasa cada día tiene momentos de felicidad, amor, placeres y alegrías. Pero además grietas, sinsabores, miedos y angustias. Y a veces está bueno bajar la guardia y hablar de eso también. Creo que nos humaniza, y genera una enorme magia y empatía con los demás.
¿Y a vos, qué te pasa con todo esto?
Belu Berri: Mi hermana la artista
Cuando tenía cinco años, nacieron mis hermanos mellizos. Imaginensé lo que fue para mí. Un cambio inmenso, que al tiempo se compensó con juegos, risas, y todo lo más lindo que hoy guardamos en la memoria y el alma. ¿A qué viene el cuento? A que cuando mi mamá se quedó embarazada nuevamente (yo ya tenía ocho años), mi deseo de tener una hermana mujer era tan grande, que todavía me acuerdo. Rezaba, rogaba, que fuera una nena. Y así fue. Nació Belu y mi vida cambió para siempre. Para que no se ponga celoso, les cuento que además después vino el quinto de la familia: nuestro Juan querido.
Toda esta intro la hago para que sepan lo que significa para mí estar con ella trabajando juntas en este proyecto del blog. Belu estudió Bellas Artes y es docente en Artes Visuales con orientación en la técnica de grabado. Y hace unas ilustraciones hermosísimas que van a acompañar muchos de mis posteos y notas. Trabajó para productos de diferentes marcas como Totebag o Bathinda, con clientes como Inicia, y hasta hizo escenografías para producciones de fotos en revista Viva (Clarin). Hoy
da talleres de arte, ilustra, hace murales por encargue y trabaja freelance en
producciones de moda.
Y obviooooo, como tiene una estética divina, está presente en el armadito de la mayoría de mis fotos (una excusa para vernos, reirnos y disfrutar del placer de trabajar juntas). Acá nuestra charla, para que la conozcas mucho más.
Belu, ¿por qué decidiste estudiar Bellas Artes?
Creo que todos de alguna manera somos lo que hemos vivido. Nosotros cinco nos criamos en un hogar-taller que creó mamá, y siempre estuvimos inmersos en sus trabajos de arte, sus alumnas, pinceles, y pinturas. Todo esto queda impreso de alguna forma en la vida de cada uno. Estudiar Bellas Artes me hizo feliz, porque no es sólo una profesión, sino un forma de vida.
¿Cuál es tu proceso creativo?
Si buscamos la definición de proceso creativo seguro nos encontramos con algo como: "es una corriente eléctrica, que fluye específicamente a cuestiones o ideas". Creo que es así, tal cual. Hay momentos en que uno se siente más en silencio y le cuesta saber qué quiere dibujar, qué tiene ganas de hacer o cómo hacerlo. Tal vez es el tiempo en donde se observa mucho, se lee, se buscan referencias e inspiraciones, y después de ciertos días con la idea más procesada te ponés a trabajar.
¿Qué cosas te inspiran?
Las formas orgánicas son las que más elijo, son aquellas que provienen de la naturaleza. La figura humana me encanta. Llevar las actividades cotidianas al papel, intentar revivirlas y darles otro sentido me inspira. Y si con todo eso puedo dar algún mensaje, mucho mejor. Lo importante es que sea lo que sea que uno haga, se haga con amor porque eso se transmite.
¿Qué tecnica de pintura o herramientas te gusta más?
En general me gusta mucho trabajar con acuarela y tinta china. Pero está bueno no encerrarse en una herramienta, y experimentar siempre.
¿Cómo definirías tu estilo?
¿Cómo definirías tu estilo?
Es dificil definirse. Me gusta mucho hacer lo que hago y por eso lo elijo, pero tal vez no hace falta que sea definido. Prefiero no encerrarme en un estilo, o en una técnica. Uno con el tiempo se va transformando y eso se refleja en lo que se hace, y si me defino tal vez no le doy espacio a ese cambio. Mejor disfrutar lo que hacemos en cada momento.
¿Cuál es la importancia de conectarnos con nuestro lado creativo?
Creo que cuando uno se da el lugar para conectarse con su lado creativo, se está dando el espacio para conocerse a sí mismo. Es dar a luz ese sitio desconocido que proviene desde lo más íntimo. Una vez leí que la calidad de la vida siempre está en proporción con la capacidad de deleite, y que la capacidad de deleitarse es el don de la atención. Así que podríamos decir que el conectarse con nuestro lado creativo es saber darnos atención.
Corazón de origami
Cuando las manos están ocupadas, el corazón está en paz.
Akira Yoshizawa (Gran maestro del origami japonés)
Mi amor por el origami empezó cuando tuve la necesidad de hacer algo que me desconectara un poco de la computadora pero sin tener que hacer un tremendo despliegue de materiales en casa porque no tenía lugar para eso. Así que cuando ví que sólo era cuestión de tener una caja llena de papeles, hice un taller en Papelera Palermo, y me enamoré.
Me encanta porque es súper relajante, y el tiempo que estoy concentrada en hacer figuras, sólo tengo la mente puesta en eso (el tan escuchado "aquí y ahora"). Una vez hice una nota sobre este tema y me dijeron una frase muy linda: “Cuando el papel se pliega, la mente se despliega”. ¡Tan cierto! Partiendo de una hoja de papel cuadrada y siguiendo una serie de pliegues, podés armar muchísimos objetos. Tip: con un tecito al lado es la mejor opción.
Hablé con las chicas de Erquita Papers (tienen un papel más lindo que el otro), y me armaron un paso a paso para que puedas aprender a hacer vos misma un corazón de origami en casa. ¿Después me contás cómo te fue? Dato: En japonés corazón se dice Kokoro y es el símbolo del amor y la paz interior.
Una cosita antes de empezar: si querés chusmear un hermoso blog de Origami, conocé Kokoro Origami y etcéteras, y si tu intención es empacharte con más papeles, mirá los de Dreams and Paper, Papel Picado y Origamiteca.
Y ahora sí...¡Avanti el corazón!
Paso 1: Presentación de materiales
Paso 2: Dar vuelta la hoja de papel hasta ver el reverso.
Paso 3: Plegar las diagonales en ambos sentidos.
Paso 4: Luego de marcar ambas diagonales se obtiene un triángulo.
Paso 5: Tomar ambas puntas inferiores llevándolas al vértice del triángulo.
Paso 6: Una vez que logré esto, despliego.
Paso 7: Plegar hasta llegar a un centímetro de las marcas realizadas en el punto anterior.
Paso 8: Subir nuevamente los extremos hacia el vértice y luego dar vuelta la pieza.
Paso 9: Introducir el dedo como se observa en la foto y plegar aplastando.
Paso 10: Repetir lo mismo en el otro extremo.
Paso 11: Plegar las muescas laterales y superiores de la pieza tal como se ve en la foto. Dar vuelta la pieza.
Paso 12: ¡Modelo terminado!
(Si llegás a hacerlo, etiquetame con la foto en Instagram + el hashtag #MiCorazonDeOrigami)
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Sobre Mí
Soy Paz Berri. Periodista especializada en temáticas de bienestar y autoconocimiento. En este blog vas a encontrar todo lo que me inspira y hace mis días más felices: historias de mujeres creativas, reflexiones, y vida cotidiana.