Decir hace bien
13.12.19
#DecirHaceBien. Porque a las palabras que no se dicen, no se las lleva el viento. Nos calan hondo. Y dejan huella. Porque decir libera. Descomprime. Acomoda. Decir es como levantarle la tapa a una olla a presión. Deja salir. ¿Cuánto pesa lo que no decimos? ¿A dónde va lo que nos guardamos, lo que callamos, lo que no podemos (sabemos) decir? Sí. A veces debemos aprender a decir. No siempre es fácil. Tal vez decir sea un arte. Una virtud. Una forma de sanar (Otra de tantas). Una manera de amar >> Decir une. Acorta. Repara. Permite volver a empezar. O terminar.
Este fin de año, donde se nos atragantan el pan dulce y las palabras, tal vez sea un buen deseo, desear poder decir ❤️
Gracias @ermidespottery por este mate que dice.
Enfermar para sanar
5.12.19
{Nota para Ser + Positivo}
“No estamos aquí para sanar nuestras enfermedades sino para que nuestras enfermedades nos sanen”. Con este textual de Carl Jung (médico psiquiatra y psicólogo suizo), Flor Fasanella, farmacéutica integrativa, especializada en plantas medicinales, abre uno de sus cursos on line de fitomedicina y decodificación de enfermedades. Y acá me quedó resonando la idea. Porque me gusta mucho esta mirada que ubica a la enfermedad como un mensaje del cuerpo que nos invita a rever patrones y conductas, para volver al eje. Hablé con Flor, para una entrevista en Ser+Positivo, y acá les comparto la entrevista.
Flor, ¿Qué es para vos la enfermedad?
Para mí la enfermedad es un mensaje del cuerpo, una llamada de atención que nos dice que no estamos viviendo equilibrados. La enfermedad que se manifiesta en nuestro cuerpo está relacionada con algo que nos sucede a nivel emocional y mental, por eso es un aviso, porque muchas veces estamos desequilibrados emocionalmente y no lo registramos. Entonces al llegar al cuerpo físico, es innegable que algo no anda bien, y nos obliga a actuar para cuidarnos y equilibrarnos.
Leí por ahí una frase de Carl Jung que dice que “No estamos aquí para sanar nuestras enfermedades, sino para que nuestras enfermedades nos sanen”. ¿Por qué sería así?
Porque la enfermedad es como una “traductora” de lo que sucede a niveles más profundos. Cuando digo niveles profundos me refiero a nivel de las emociones y pensamientos. Por ejemplo: tengo problemas respiratorios continuamente, ¿qué es lo que me está diciendo mi cuerpo? Seguramente necesite expresar algo que no me animo a decir.
¿Y qué sería estar sanos?
Para mí la salud es un estado de equilibrio físico, mental y emocional. Al ser un conjunto de cosas, es importante que cuidemos todas sus aristas.
¿Qué podemos hacer en lo cotidiano para lograrlo?
Me gusta mucho la pregunta, porque hay algo que siempre digo con respecto a esto. Yo me levanto a la mañana y me pregunto “¿Qué es lo que puedo hacer hoy para cuidarme?”. Y ahí pienso en algo, pequeño, algo que no hice ayer, algo más que pueda sumar a mi vida y día para sentirme bien. Las respuestas son múltiples: puede ser respirar hondo y agradecer al despertar, tomar un vaso de agua con limón antes de desayunar para depurar el organismo, caminar 30 minutos, correr una vuelta de manzana, tomar una infusión que no había probado, decirle a alguien que lo quiero, etc. Lo que cada uno sienta que lo ayudará a cuidarse más y sentirse mejor.
¿Qué es la Decodificación Biológica de Enfermedades?
La Decodificación es una forma de traducir el idioma del cuerpo físico. Por eso nos ayuda a tener una mejor calidad de vida. Porque si tengo gastritis, ya no basta con ver qué me puedo tomar para ese síntoma, también es necesario entender qué me pasa emocionalmente (para trabajar esa emoción y sanarme). Si me limito a tomar la pastilla y nada más, el síntoma volverá una y otra vez hasta que logre sanar el desequilibrio emocional detrás del síntoma.
¿Y cómo trabaja? ¿Son sesiones, es una vez, puede hacerse on line?
Se trabaja en encuentros individuales. Algunos decodificadores lo unen con el análisis del árbol genealógico. Yo particularmente lo uno con la Fitoterapia que es mi otro eje de trabajo. Entonces enseño a las personas a entender los síntomas y a trabajar con el cuerpo físico como aliado. Abrazando la enfermedad, y dando claridad acerca de qué es lo que realmente se tiene que trabajar cuando el cuerpo duele. También doy cursos y formaciones.
Vos decís por ahí que la enfermedad es un mensaje, y que si lo oímos es una puerta que nos puede llevar a crecer y madurar. ¿Pero qué pasa en el caso de las enfermedades que no tienen cura?
Yo creo que todo depende de la mirada que tengamos hacia la enfermedad. Porque el hecho de que se diga que no tiene cura, es una visión de la medicina alopática, que lo que está diciendo es “tu cuerpo físico no puede eliminar esta enfermedad”. Respeto esa visión, pero creo que es incompleta. Porque la enfermedad no es solo del cuerpo físico, es también de nuestras emociones y pensamientos. Entonces, si la pienso integrativamente sí se puede curar.
Claro. Pero también hay casos que son terminales. A veces hay gente que hace mucho para sanar, y finalmente muere a causa de la enfermedad.
Es muy importante esto también, y yo hablo mucho de eso en mis cursos. En el caso de enfermedades terminales, no debemos suponer que suceden porque “no me pude curar” o “hice las cosas mal”. Porque los seres humanos venimos a aprender a vivir a través de todo nuestro ser: las emociones, la mente y el cuerpo físico. Hay veces que las enfermedades vienen para ser transitadas, porque necesitamos esa lección de vida, aprender algo de ella, y no necesariamente ser curadas. Desde la medicina alopática te pueden decir que no tiene cura, pero tal vez vos ya estás haciendo el proceso de curación a un nivel más profundo que este tipo de medicina no puede medir ni cuantificar.
Si hay algo breve que nos puedas contar de los sistemas que forman nuestro organismo, y cómo aprender a interpretar sus dolores, nos vendría súper bien.
Sí, acá va:
- Sistema digestivo: expresa mi vínculo con el mundo exterior, normalmente muy asociado a enojos no expresados, o situaciones que no pude “digerir”.
- Sistema inmune: es mi defensa, por lo que se asocia a sentirme desprotegido o protegido de más (ahogado).
- Sistema nervioso: es muy complejo y se relaciona con nuestra sensibilidad para ver el mundo.
- Sistema circulatorio: la sangre se asocia a la familia, también podemos pensar en problemas que tienen que ver con la no expresión de las emociones.
- Sistema locomotor: dependiendo donde se ubique el problema, puede relacionarse con el sentido de mi vida, el sentido con el que hago las cosas o mi capacidad de manifestar.
- Sistema Tegumentario (Piel): expresa problemáticas de contacto tanto deficiente como excesivo. Por ejemplo psoriasis se debe a la falta de un contacto, alguien que se fue, se mudó o murió.
- Sistema endocrino: es muy complejo para generalizar porque hay que analizar cada glándula por separado. Por ejemplo, en el caso de la glándula tiroides, sus patologías se relacionan con el estar siempre al servicio del otro y no darse lo suficiente a sí mismo.
- Sistema respiratorio: se relaciona con la comunicación, lo que no dije, lo que me quedó atragantado, lo que no expreso o me da miedo decir.
Y en cuanto a la medicina orienta-occidental: ¿Qué opinás? ¿Se deben complementar?
Creo que estamos en una época donde la clave es la integración. Por eso puedo entender que la medicina alopática brinda grandes aportes que salvan vidas, y las medicinas orientales nos aportan una mirada más completa de lo que nos sucede. No creo que una sea mejor que la otra en términos generales, creo que son distintas y se pueden complementar para potenciar y mejorar la salud física, mental y emocional de las personas. Particularmente yo soy farmacéutica y también estudio Medicina China, y cada vez más veo que la ciencia está encontrando la explicación para cosas que decían los chinos hace 3000 años, eso me parece fabuloso. Hoy las personas se están empezando a dar cuenta de que todo está relacionado. Por ejemplo: Me enojo e inmediatamente me duele la panza.
Ahora que lo decís, pienso que cada vez se habla más acerca de esto de que el intestino es el segundo cerebro. ¿Por qué está tan relacionado el estrés, a los dolores de panza, inflamaciones y demás?
El sistema digestivo está lleno de nervios, abrazado por el sistema nervioso. Son dos sistemas muy conectados. Por eso lo que me pasa a nivel nervioso tiene una implicancia a nivel digestivo. Ya los chinos decían “como está tu mente está tu estómago” haciendo referencia a esto. En especial, el intestino es muy sensible a la información que le llega del sistema nervioso, incluso se encontraron neurotransmisores adentro. Nosotros tenemos un sistema nervioso que se llama autónomo: éste se divide en simpático y parasimpático (tienen efectos contrarios). El simpático se activa con el estrés, y el parasimpático cuando estamos relajados. El parasimpático es el que se encarga de activar la digestión y el simpático la inhibe. Por eso, cuando estamos estresados (sistema simpático activo), no podemos digerir bien la comida, y comienzan los típicos problemas digestivos: acidez, gastritis, inflamaciones intestinales, dispepsias, colon irritable.
Me encantó hablar con Flor. Si quieren seguir conociéndola, les dejo sus datos:
Instagram: https://www.instagram.com/florecerfitomedicina/
Web: https://florecer-medicinanatural.com/
Ahora que lo decís, pienso que cada vez se habla más acerca de esto de que el intestino es el segundo cerebro. ¿Por qué está tan relacionado el estrés, a los dolores de panza, inflamaciones y demás?
El sistema digestivo está lleno de nervios, abrazado por el sistema nervioso. Son dos sistemas muy conectados. Por eso lo que me pasa a nivel nervioso tiene una implicancia a nivel digestivo. Ya los chinos decían “como está tu mente está tu estómago” haciendo referencia a esto. En especial, el intestino es muy sensible a la información que le llega del sistema nervioso, incluso se encontraron neurotransmisores adentro. Nosotros tenemos un sistema nervioso que se llama autónomo: éste se divide en simpático y parasimpático (tienen efectos contrarios). El simpático se activa con el estrés, y el parasimpático cuando estamos relajados. El parasimpático es el que se encarga de activar la digestión y el simpático la inhibe. Por eso, cuando estamos estresados (sistema simpático activo), no podemos digerir bien la comida, y comienzan los típicos problemas digestivos: acidez, gastritis, inflamaciones intestinales, dispepsias, colon irritable.
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Sobre Mí
Soy Paz Berri. Periodista especializada en temáticas de bienestar y autoconocimiento. En este blog vas a encontrar todo lo que me inspira y hace mis días más felices: historias de mujeres creativas, reflexiones, y vida cotidiana.