"La forma en la que me alimento, tiene que ver con la forma en la que trabajo, la forma en la que me relaciono con los demás, y con la forma en la que descanso. La forma en la que me tomo un jugo, será la misma forma con la que mire un atardecer. La forma en la que me levante, será como disfrute mi día. Y la forma en la que me vincule conmigo, será como me vincule con el resto. Y no es que tenga que vivir las 24 horas "con conciencia". Pero sí pequeños ratos, momentos que me cambien el día. Que me transformen [Pausa] Puedo llevar amorosidad a cada cosa que haga. Ser más fiel a mis deseos y mi cuerpo. Expandirme desde lo que ya soy. Porque el bienestar está en las pequeñas elecciones que tomo cada día: en el plato de comida, en el ratito al sol, la lectura diaria, y en con quien comparto la vida [Pausa] Que el trabajo que haga, lo que coma, la manera en la que me hable, como me vista, y las personas con las que me vincule, coincidan con la forma en la que me quiero sentir (en un rato, mañana, en un mes, en un año). Disfrutando mi vida, bajo mis propias reglas. Que así sea".

Este es sólo un minimísimo resúmen del último taller que hice con @elisachapado -y no me quiero olvidar nunca-. Me dejó pensando mucho. Ahí hablamos del cuerpo como templo, y de la importancia de volver a nosotras mismas cuando nos perdamos, sanar, y explorar lo que ya se encuentra adentro. También de alimentación intuitiva, de cómo meditar, derribar creencias limitantes, y vivir más desde el disfrute. La idea fue sintonizar cuerpo, mente, alma y corazón ❤ ¿Qué dicen?