Fue un día de Enero. Salimos juntas con mi abuela, mi hermana y mi hija Olivia. El destino: acompañar a Mamina (85 años) a comprarse un vestido de algodón, "bien cómodo, para ponerse a la mañana, y usar de comodín para todo". Lo dejamos a mi abuelo (96 años) en el departamento, con la carne para el almuerzo en el plato, y el tomate ya cortado. Bah, ella dejó todo así. Siempre lo hace.

Caminamos unas cuadras, entramos a un local, y pedimos la prenda: "De algodón, con manga corta, suelto, cómodo. Que no sea estilo musculosa porque no quiere que se le vean los brazos", dijimos al unísono. Le ofrecieron uno rojo. Lo miró y nos dijo que no era lo que quería porque "al abuelo no le gustaba el rojo". Entonces le mostraron uno negro. Y moviendo la cabeza, otra vez: "Negro no. Al abuelo no le gusta el negro". Todas la (nos) miramos. Y mi hermana se animó: "Mamina, ¿Y a vos, qué te gusta?". Se hizo un silencio. Los años que nos separan, nos hicieron sentir más poderosas en esto de poder darle lugar al deseo propio, a las ganas. Pero ella, sin titubear, contestó: "A mí, me gusta el abuelo" ❤️

A partir de ese día no sé de qué color es el amor. Tal vez sea rosa. O a rayas (como el vestido que finalmente se compró Mamina). Sí, puede ser que el amor sea un poco rayado. Con líneas rectas, a veces curvas, y otras bastante onduladas. De lo que puedo dar fe, es que no es ni rojo, ni negro ✨

{El año pasado compartí esta historia. Y hoy quise volver a ella para celebrar #SanValentín. Gracias a mis abuelos, por ser siempre inspiración. Y a Julián por ser mi amor}

* La foto de la nota fue tomada con un celular Motorola g9 Power (www.motorola.com.ar)