Ayer supimos de la muerte de @luanahervier. Y para muchas de las que circulamos en esta red, fue un gran shock. Lu era una persona llena de amor y luz (la conocí hace muchos años por mi trabajo). Y este domingo, nos puso de cara a la finitud de la vida. Nos sacudió fuerte. Lo inexplicable nos tomó el cuerpo y el alma. Queríamos entender. Pero más bien, la vida nos pidió sentir y acompañar: con una vela y una oración ✨

A la tarde empecé a leerla -una vez más-, a buscarla entre sus palabras. A recordarla en su sonrisa. Y encontré un post, de diciembre del 2021, donde escribía "Para cuando me muera". Y sentí que compartirlo acá, podía ser mi manera de honrarla.

Decía así:

Para cuando me muera…

Somos lo que dejamos en aquellos que se quedan y son ellos quienes nos traen a la vida, con su recordar.

Somos la marea del amor único que expresamos.

Somos el detalle,

somos la falta que haremos,

somos un pasado lleno de vida y un futuro vivido sólo de la película de lo que fuimos.

Somos la valentía de lo que nos animamos a hacer, y la pena de lo que no pudimos expresar.

Somos la comida que huele a nuestra esencia.

Somos el aroma a nuestra piel y nuestras caras al despertar.

Somos la posibilidad de la inspiración y también las acciones que se han de querer rechazar.

Somos energía que puede después de nuestro cuerpo.

La energía del abrazo, de la sonrisa, la energía del saber estar.

Somos la energía de nuestro nombre, de ser compañía, de sorprender, de amargar, de celebrar.

Es verdad que al morir nos convertimos en estrella, y que nadie, ni en vida ni en muerte brilla con el mismo cantar 💫


Y terminaba: "Que hermoso que la muerte traiga tanto significado a la importancia de nuestro andar". 


Gracias Lu. Volá alto ✨


En el post de IG les comparto otro regalo: una oración hermosa que ella me dió hace unos años.