Que necesitamos razones para vivir, tanto como tener de qué vivir. Y que cuando no las tenemos, se afecta el alma. Que la capacidad para ser feliz se trabaja, se desarrolla >>> Tenemos que reeducar la mirada. Que debemos tener un proyecto de vida y materializarlo, llevarlo a la acción, a la experiencia. Que "darle sentido a nuestros días" es el hilo conductor del cambio. Y que el cambio es una puerta que se abre "desde adentro", y no tiene que ver con nada enorme ni radical, sino con pequeñas transformaciones. Que lo complicado no es conseguir hacer las cosas una vez, sino ser capaces de hacerlas todos los días. Que realizarse como persona es algo urgente. Que no debemos quedarnos a la espera, en una actitud pasiva. Que cuánto más hagamos, más ganas tendremos de hacer. Que hay que dejar de ser "tan amables" y empezar a ser más auténticos en nuestras emociones (es un problema sobreadaptarse a los deseos de los otros, en detrimento de los propios). Que vivimos a la altura de lo que nos damos. Que nuestra actitud tiene una vibración (al igual que nuestras palabras). Que la vida es como un globo aerostático: para subir más, hay que saber soltar el lastre y arrojar por la borda todo lo que nos impide elevarnos ✨

Qué lindo leer siempre con lápiz en mano, porque pasan estas cosas: rescato ideas, y vuelvo cada tanto, a lo que alguna vez me hizo bien. El libro hermoso es de Raphaelle Giordano (el título lo dice todo, ¿no?).