Que a veces estamos atrapados en nuestra propia armadura (todos tenemos alguna). Y que a esa armadura la hicimos con el tiempo (no nació con nosotros) ¡Y cómo cuesta sacarla! Que cuando el alumno está preparado, el maestro aparece. Que una persona no puede correr y aprender a la vez. Debe permanecer en un lugar por un tiempo. Que la vida es buena cuando uno la acepta. Que a veces intentamos comprender todo desde la mente, y nuestra mente es limitada. Que la única manera de quitarse la armadura, es seguir el sendero de la Verdad. Que ponemos barreras para protegernos de quienes creemos que somos. Y que sólo podemos amar a otros si nos amamos a nosotros mismos. Que no siempre sabemos cuándo pedir ayuda. Que a veces nos pasamos la vida tratando de agradar a la gente. Y en realidad no hay nada que debamos demostrar. Cada uno sabe cómo es. Pero necesitamos tiempo para aprenderlo. Que nadie dijo que sería fácil. Que no podemos conocer lo desconocido, si nos aferramos a lo conocido. Que hay momentos en donde debemos "dejarnos ir y confiar".

Otro libro al que volví estos días. Y gracias a que siempre leí con lápiz cerca, pude rescatar lo que alguna vez me hizo bien. "El Caballero de la Armadura Oxidada" es hermoso.